Τετάρτη 29 Ιουλίου 2009

UNA EXPERIENCIA ESTÉTICA, SUBLIME.


“SIN EMBLEMA, Y CON IDENTIDAD”


Cierto día Teodoro extravío su reloj, aquel que había pasado generación tras generación. Con la premura de ubicarlo, buscó por todos los sitios donde pensó de primera instancia que estaría la pieza antiquísima. Cuando investigaba el paradero del objeto por una calle cercana a su casa, se topó con Jonás, un extraño hombre que era nuevo en el pueblo, quien amablemente le dijo: -¡hola!, puedo ayudarte?, te veo muy preocupado- , -si puedes, quizá-, contestó Teodoro y continuó diciendo: -has visto un reloj de oro con diamante en medio, y que lleva impreso el emblema castillo-azul?, ese es el símbolo de mi familia, ¡me hace ser un verdadero castillo-azul, un noble de corazón!-. Jonás lo miró perplejo, río un poco y comentó; -no, no lo he visto, ten con seguridad que si lo encuentro te lo entrego, claro, si vuelvo a toparme contigo, de lo contrario arrojare el reloj sin titubeos. Pero déjame decirte algo querido amigo, vez aquel hombre de allá?, el que no tiene manos, y logras distinguir aquel otro junto al mercado, el que porta esa camisa verde-, Jonás señalo al frente y acentuando su tono expresó; -percibes los colores de piel, la vestimenta, la parafernalia de todos los que caminan por la plaza?, qué es lo que tu crees que los hace ser humanos?-, -cómo preguntas eso, tal vez que tienen brazos, visten y hablan-, expresó nervioso Teodoro. Tú crees entonces que si un hombre carece de extremidades, se encuentra desnudo, tiene problemas para hablar, o en todo caso es mudo, y no porta una joya ostentosa en el pecho, dejará de ser un hombre?- manifestó el forastero. -Bueno viéndolo así, en esos términos, no, no lo creo, lo es todavía, es un hombre, si-, repitió el mismo sujeto que había perdido su reloj y hasta hace poco no podía pensar con claridad por la desesperación. -Entonces nos queda claro- acentuó Jonás, -lo que hace al hombre ser lo que es, no es otra cosa sino lo que comparte con los demás hombres, o sea lo general, no lo particular, el hombre es lo que es por su pensar, por su forma, por su naturaleza-. Ese fue el mensaje de Jonás y terminó diciendo con una sonrisa sincera; -tu reloj no te da el nombre, mucho menos el nombre otorga validez, verdad, esta última radica en tu presencia, en tu pensar, en tu sentir. Cuando dejes de buscar tu reloj te habrás encontrado a ti mismo Teodoro, porque apreciaras el valor que se encuentra en el hecho de vivir como un ser humano, simplemente con la conciencia de serlo-.

LA CONCIENCIA DE SER



En esas viejas caminatas del parque a la casa siempre pensaba en el futuro, y a la vez lloraba porque creía en un cierto pasado y reprochaba por su partida. También amaba un presente, que ahora es mi pasado. Con el tiempo descubrí que poco importa lo ocurrido sino más lo valorado, lo asimilado y comprendido. Mi presente fue aquel futuro, ya pasado, porque el tiempo es en sí mismo un flujo indivisible, un continuo, mero y neto devenir. Si de algo estoy seguro es que siempre intuí la experiencia milenaria de ser uno con cada la nada. Entiéndase, pues, de ser tiempo eterno que se disuelve en el instante.