Τετάρτη 9 Δεκεμβρίου 2009

PENSAMIENTO DISCURSIVO


Será naciente el sentir que navega en el hombre cuando se ve y dice, soy de la simiente de los de oro, que van y sin irse dejan elementos de trascendencia y fuerza motora, avivante, como la bandera que ahonda, una bandera sin nación. Sólo, y puro corazón, es ya el emblema de la humanidad toda. Es la velocidad de uno, de ti, de todos, digo y pienso, uno mi razón al sentimiento, y al dar cuenta que jamás hubo incisión miro interpretando el pasado para colmarme de bendiciones santísimas, prístinas cual mano de infante, de recién nacido, es un nacer, una renovación que el arte da al corazón presto de expresión, y manifestación de la idea más noble.La materia se espiritualiza a la vez que la energía se materializa como la sentencia de Benedetti. Recuerdo el poema que me pongo a leer cuando quiero acercarme al tono romántico, y a mi mente viene el viejo alemán apesumbrado de su soledad, el bohemio solitario con un tarro en la mano, mientras se me cruza la imagen de antaño, el profeta del bigote de azotador, venerado Nietzsche junto al escritor más eterno de Alemania el del espíritu renacentista, el aclamado Goethe. No tengo fetiche por alemán alguno, pero si por el impacto de esos hombres en su tiempo. Eso si, por lo que si tengo un fetiche, lo confieso, es pero por el tiempo. Divinizo un calendario al estilo de los mayas, con la Pachamama, la madre de los Incas, la naturaleza del pueblo en el que he nacido en esta vida, la voz de los latinoamericanos, bendito Vasconcelos, profeta, al igual que Bolívar, de la hispanidad americana, de tendencia liberadora, la facultad de voz libertaria, utópica en su tiempo pero ahora al estilo de los del norte más pragmática que austera. La constitución es poética y su aplicación utópica, a qué bonita mancuerna de la realidad social de nuestro pueblo, eso si que es teatro.Mi encuentro con el arte en la sociedad que percibo es a primera, media y última instancia y las que me haya saltado, lo mejor de los años que han trascurrido en mi vida como el ser que soy ahora y con la facultad más precisa de mi intelecto percibo el flujo de la vida y las ganas enromes del interior de expandir la conciencia con las alas firmes de la esperanza presta. La esperanza es el sueño del hombre despierto decía Aristóteles, al decir lo anterior uno parece medieval citando elocuencias que envuelven evidencias y en ciertos casos disparates encuadrados en racionalidad sometida ha intereses. Pero no, yo no soy medieval, ni Dominico, ni Franciscano, ni Agustino, me gustan algunas ideas del filósofo de Hipona, San Agustín, pero dejémoslo hasta ahí. Prefiero enunciar la sentencia que le pronuncia Javhé a Moisés cuando se lo encontró en el Sinai, eyhe asher eyhe; yo soy el que soy. La ontología absoluta, las palabras que al pronunciar condensan el universo en la enunciación y entonación, es la palabra que aviva y revive el cosmos. Si, eso, eso, soy un mantra, un mándala, soy un mudra, soy tantra y esencialidad, o como los mayas in lak´ ech, yo soy otro tu, tu eres otro yo. Soy la muerte y la vida, y si, cada uno de los hombres es el Alfa y la Omega. Buddha no era buddhista, ni Mahoma mahometano, ni Cristo cristiano, el profeta es un estado de conciencia, del ser. Vedme ahora espacio y tiempo, y no te metas Kant¡ no concibo tal objeto desde mi mente, de forma a priori, me disuelvo en el tiempo y el conmigo, parece que uso alguna técnica yóguica, y que un gurú me toma de la mano, mientras el tercer ojo brilla pues cada Chakra se ha abierto y despierta la Kundalini, la serpiente, pero esta es emplumada como el Quetzalcóatl. Recuerdo ahora Chichén Itza, Dzibizaltun, Uxmal, que goce, que placer, que experiencia estética, el eco de sus muros, la amplitud de su paisaje.Recuerdo también que ame, pero el amor de hoy es unitario, es sin concepto, es el respecto del contentamiento, llega a mi mente ahora William James, y su experiencia religiosa, su lucha contra el institucionalismo religioso, y el viejo Walt Whitman y su canto a mí mismo, me envuelve en versos de rosas en llamas, no se por qué dije eso, si, ni al caso, pero entre los clásicos de Neruda y Benedetti, vuelvo a las tablas esmeralda de Hermes con todo y filosofía kibaliónica, y las insignias del masón. Jajajajaja, soy libre, porque acepto que la limitación es ilusoria, es el velo de Maya de los hinduistas, el viejo Schopenhauer lo acentuó. Cuando yo ingería alcohol, hace ya tiempo, y este se me subía a la cabeza venera al Zaratustra, me veo en el Dionisos en el Apolo, en Pitágoras y en la música de Mozart, soy el ángelus que anuncia la inminente llegada de uno nuevo sol, y cuando el ego me toca, lo venzo al tornarme hacia la actitud de asceta oriental, y después como la parábola del Siddharta Gautama, un saludo señor Hesse, alemán por cierto, por algo creo que me gustan las mujeres alemanas, pero bueno, doy luz de vida a mi ser....Creo que será de otro la piel de esa joven, sus caderas, y sus ojos me revuelven el sentir, un día miraba su semblante con toda el alma, o eso creía, no, ni siquiera sabia bien lo que sentí al verle, y me tocaba el costado izquierdo, que maravilla, mi actitud inconciente era trillada, qué diría Freud y su pansexismo, en verdad me importa poco, me gustan más las ideas de Jung, sobre todo su libro sobre la flor dorada, aunque aún no lo termino de leer, amo la lectura, pero no sólo me gusta leer libros, sino la lectura de la vida misma, y sus ojos me regresan al pensamiento, aún guardo la esperanza de besarla, si bien ella ya no me importa, queda en mi la idealización, si eso es soy ahora un vinculo racional y sensible, creo que me he dado cuenta que soy un ser humano, que maravilla, soy un hombre, por fin se lo que es un ser humano, ahora lo que queda es vivir, eso vivir, con la conciencia de ser hombres, jajaja, pero si eso ya es divino, la paradoja divina, el sometimiento y la libertad, creo que lo que quise decir es que sólo el amor es real, el amor divino, la plenitud, la trascendencia, la conciencia, Om Mani Padme Hum, sólo sé que nada sé, Namaste, y que tal el recuerdo de esse, verum, bonum, pulchrum, y el ad majora natus sum, Abraxas, sólo tengo algo que decir ahora, Om Shanti....Desde lo que se ha dicho, es complicado de primera fuente decir, pues se involucra el saber, el cual busca siempre el ser, lo que esta ahí, el que deja de ser, cuando ya no esta. Pasa él, uno, era prioridad, a lo mejor primordial, que voló, y la pena pagó tornándose concunspicente para aceptar la misericordia, por lo menos eso dice la historia. Es el viejo cuento que trata de ir desenlazando hasta que la tierra ya no pueda tolerar, aguatar tiempo, de vida, de permanencia...

Δευτέρα 7 Δεκεμβρίου 2009

DE LA EXPERIENCIA INDIVIDUAL DESDE LA JUVENTUD HACIA LA CAPTACIÓN Y CONCIENTIZACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN EL ADULTO MAYOR



“La juventud es el momento de estudiar la
Sabiduría; la vejez, el de practicarla”

ROUSSEAU



A simple vista parece elemental decir que cuando se es joven se vive para aprender y que cuando se envejece se ostenta el saber, se ha desvelado el “secreto” de la vida, pero da la impresión de que comprender esta sentencia a profundidad no es algo sencillo, porque, por un lado, si bien es muy cierta, no es absoluta, y en las circunstancias que imperan en nuestros días la verdad a la que se refiere se ha opacado en grado sumo. Hay un punto medular en la observación del filósofo Frances Rousseau citada anteriormente, en efecto, se refiere al hombre y a su conciencia, pues en esta última se guarda aquel conjunto de conocimientos que nombramos saber. Quiero ahora ligar la idea de la conciencia y del hombre a lo que por naturaleza le pertenece a éste, o sea, sus derechos al participar de la humanidad. Ciertamente en los derechos humanos el valor central radica o se desprende de la propiedad de participar de la humanidad, del hecho mismo de ser hombre. Su estima es pues una investigación que parte de nuestra propia humanidad, del vivir como hombres y su continuo significado. Así la comprensión de lo que somos vive y adquiere significación en el vivir, pero más allá de ello en el hacernos concientes de ese vivir.
De este modo la vida es una investigación personal en su sentido individual, concreto, y en un punto de partida epistemológico se da en la realidad, la cual podría entenderse de primera instancia como todo aquello que no soy yo, y darle así un peso axiológico, y en ocasiones ontológico a esa misma realidad desde mi concepción. De esta forma, lo que aquí nos interesa es pues reflexionar sobre los derechos humanos en el adulto mayor desde una óptica filosófica, aunque el ejercicio intelectual sobre los derechos humanos es ya de entrada un quehacer bien filosófico.
El tiempo es fuerza inefable para unos, para otros hálito divino, y para otros tantos es un neta sucesión de instantes cuantificables que brindan lo que percibimos en la cualificación de nuestras vidas. El sentido de la palabra vivir no es mero aspecto nominal, sino que en su comprensión sensible, vivir es estar, apreciar lo que vale; así lo vívido, lo consigo apreciar mayormente con un sentido reflexivo, cuando rememoro lo que he realizado; un vistazo atrás y digo, mira allí estuve, hice, deshiciese, y volví a efectuar. Como dice la voz del poeta, amé y fui amado. Amado Nervo esboza en su poema titulado En Paz una reflexión poética que ejemplifica a buen modo lo propuesto anteriormente. La vida se comprende en retrospectiva, es decir, las situaciones carecen de valor, más la significación que les doy es lo importante.
Ahora bien la figura del adulto mayor, es un símbolo milenario, un arquetipo de saber en casi todas las culturas del orbe. Sólo se requiere dar un vistazo a los cuentos chinos, que narran en sus líneas la vida del sabio anciano, es más, parece que lo anterior es ya un pleonasmo. Pues en Oriente decir sabio es referirse casi siempre a un anciano, el cual, con su experiencia más que enseñar, comparte con su presencia y acciones el conocimiento adquirido a base de haber llevado más tiempo respirando. Que decir de la sabiduría de los viejos en los pueblos nativos de América. En toda esa línea de ideas quiero decir enunciándolo coloquialmente, que más sabe el diablo por viejo que por diablo, como sentencia la sabiduría popular. Quiero anudar esto a la frase del filósofo español José Ortega y Gasset que acentúa el espíritu presto e ideal de los noveles; “Individual o colectiva, la juventud necesita creerse, a priori, superior. Claro que se equivoca, pero éste es precisamente el gran derecho de la juventud: tiene derecho a equivocarse impunemente”. En este sentido se nota claramente el contraste general con la ancianidad, y es que por su parte la juventud es campo de experimentación, de oportuna formación y gestación del carácter. Entre más joven es uno, lógico es pensar que más oportunidades se tienen para mejorar.
En todo esto entra ya la reflexión, el dar ánimo particular a las cosas con una actitud de investigación, que a su vez puede ser la llave al constante encanto hacia la vida, para así replantearnos el significado que le hemos asignado a las situaciones que forman nuestro ambiente. Es que toda la vida del hombre, si se le entiende como un ciclo, es relevante, cada etapa es una parte del todo que conforma el proceso del desarrollo de la vida humana en su aspecto individual. La juventud importa, la vejez también. Cierto que el aprendizaje es incesante, que la madurez no equivale a la edad, pero los años de experiencia importan, y mucho, pero más que ello, lo relevante aquí, en estas líneas, y en la vida toda, es ante todo el respeto, esa actitud que al hacerse presente propicia el entorno ideal para la convivencia fraterna y el inigualable entendimiento entre los hombres.
En este orden de ideas, nos toca ahora abordar el tema de la discriminación, un actitud, frecuente, por doquier vemos comportamientos de disonancia y agresiones. El olvido de nuestra naturaleza de igualdad es el actor principal en la obra del día a día, que lastima, que sea así. La fraternidad esta lejos de ser habitual y los hombres de cualquier género y escalafón social, edad, este último tema que aquí más nos atañe, muestran de continuo tendencias a la violencia. Se discriminan a muchos grupos, obviamente más a las minorías, pero no sólo a estas sino también a los que carecen de fuerza o poder, aunque sean mayoría. Recuerdo esa frase de Locke, “todos los hombres son iguales, pero unos son mas iguales que otros”. Como olvidar a Hobbes con su, “el hombre es el lobo del hombre”. Esas ideas de filosofía moderna, las que abrieron las discusiones políticas de índole explícita y dieron vida a revoluciones y democracias, y una que otra utopía, pero ninguna como la de Moro.
Es menester entonces usar las herramientas filosóficas innatas que hay en el hombre, para encontrar nuestro rol como seres participes en la sociedad, de esta manera cooperar y dejar de lado las competencias y apreciar en su justa medida a nuestros congéneres. No esta de más exhortar al estudio continúo de uno mismo, desde lo sensible hasta lo más abstracto. Los jóvenes deberíamos ser propositivos, entusiastas, dinámicos, y ante todo creativos. “La imaginación es más importante en ocasiones que el conocimiento” defendería ya hace tiempo Albert Einstein, lo es por que así yo puedo adentrarme a otro mundo de saberes insospechados, al igual que el “yo sólo se que nada se” socrático, siempre hay que estar abierto al continuo aprendizaje. Los jóvenes de la actualidad tenemos el papel de apreciar a los adultos mayores, y recordar aquella frase de sabiduría popular, que no por ser popular deja de ser sabiduría; “como te ves me vi y como me ves te verás”. Esto recalca una cosa, ese aspecto de la otredad. El otro es mi espejo en el me identifico, me reafirmo. Los mayas se saludaban si no mal recuerdo diciendo; yo soy otro tu, esperando que el otro respondiera, tu eres otro yo. Nos corresponde a nosotros entonces, y aquí recalco, sobre todo a la juventud, poner en pedestal las cualidades propias del hombre, cosas que por su naturaleza de verdad lo merecen, a saber; la curiosidad y el asombro, elementos innatos por su puesto. Cierto que entender a la juventud pende del sector cultural en el que nos desenvolvemos y más del momento histórico en el que estemos sumergidos, pero la juventud no sólo se aborda desde el entendimiento, la juventud se siente, se vive, es acción ligada al pensamiento conciente, lúcido y llevada por las alas de esperanza. Creo que las siguientes palabras de Goethe ejemplifican el valor de llegar a la edad adulta y de apreciar la dignidad que habita en ese estado de la vida humana; “Guárdate de lo que anhelas en tu juventud porque lo obtendrás en la madurez”.
Recuerdo que mi abuelo una vez me dijo con ese tono, en parte estereotipado, y por otro tan emotivo, que la percepción de una imagen repetitiva se desvaneció en la incomunicabilidad, la singularidad de ese momento: En esas viejas caminatas del parque a la casa siempre pensaba en el futuro, y a la vez lloraba porque creía en un cierto pasado y reprochaba por su partida. También amaba un presente, que ahora es mi pasado. Con el tiempo descubrí que poco importa lo ocurrido sino más lo valorado, lo asimilado y comprendido. Mi presente fue aquel futuro, ya pasado, porque el tiempo es en sí mismo un flujo indivisible, un continuo, mero y neto devenir. Si de algo estoy seguro es que siempre intuí la experiencia milenaria de ser uno con cada la nada. Entiéndase, pues, de ser tiempo eterno que se disuelve en el instante. Lo anterior lo saco a colación porque gracias a él me surgió el gusto por la filosofía, su figura de edad fue para mi un ejemplo a seguir en un camino de aprendizaje apenas emprendido.
En una ocasión Mohandas karamchad Gandhi, mejor conocido como Mahatma Gandhi, dijo a modo irónico, “La gente se arregla todos los días el cabello, por qué no el corazón”?, aludiendo a la sensibilidad en cuanto a la vida, al respeto de la vida de otro ser humano, y a sus derechos. Gandhi fue líder político y espiritual de la India en un periodo comprendido hacia mediados del siglo XX, eso es bien sabido, pero su peculiaridad fue la metodología que utilizó para conseguir su cometido. Este hombre consiguió por medio del diálogo y con el poder de una voluntad flexible empapada de sentido común, velar por los derechos de un pueblo, respetando también de los derechos de sus opresores. Y es que, si bien, los derechos del hombre se fundamentan en la razón, su aplicación radica en una sensibilazión, encaminada a la consideración de nuestros semejantes. Aunque el otro se presente como enemigo, o en apariencia, distinto a mi, es un hombre, y por el hecho de existir se hace acreedor al respeto de su igual. Talvez esta es una muestra del ideal de los derechos humanos, a saber, presentar un respeto total hacia la vida y la dignidad del hombre sin importar cualquier aspecto externo que nos haga parecer diferentes. Fácil enunciarlo, pero la realidad nos pinta lamentablemente un panorama distinto. Una problemática inicial en este tema es que, actualmente, todavía se sigue atenuado la aplicación o hasta el conocimiento de lo que le es propio al hombre. Si bien el concepto de la dignidad del hombre es relativamente nuevo, la realidad a la que se refiere no conoce periodo histórico. La educación hacia el respeto del adulto mayor viene desde que uno es pequeño, por ejemplo, las figuras emblemáticas de los abuelos como ya cité anteriormente. Los abuelos se nos muestran como aquellos que tienen un carácter endeble, una compresión superior y un amor para con el nieto en demasía. En lo personal en mi vida, viví, y vivo a estas figuras, a estos seres humanos que con entrega muestran un cariño incomparable, y un cúmulo de enseñanzas imprescindibles, donde con ello hacen que los nietos, cada uno a su manera de lo mejor de sí.
Lo anterior lo podemos relacionar, con los derechos humanos, más en amplitud acentuando la idea evidente, pero no por ello demeritada, de que el respeto hacia los seres sensibles, y específicamente hacia los seres humanos es algo que tiene que hacerse presente a todo momento, sin importar región o circunstancias, sean éstas, sociales o políticas. Resulta entonces, una imperiosa necesidad el conocer lo que nos corresponde en tanto que participamos, todos nosotros, de la humanidad. Cada uno de los hombres puede, por su racionalidad, comprender, la naturaleza de las cosas. En nuestra constitución natural está la facultad de discernir de entre lo que nos afecciona, qué nos ocasiona un daño, ya sea físico, moral, psíquico entre otros, y qué es lo que proporciona una completa satisfacción; o sea elegir entre una y otra opción. Asimismo, de entre todos los conocimientos que puede el hombre acumular a lo largo de su vida, tal parece que uno de los más importantes, sino el más relevante, es el que comprende en esencia la realidad del hombre, o sea, el estudio concienzudo de la naturaleza humana. Esto significa entonces hablar de una investigación del individuo racional, desde una óptica que abarque sus primeros principios y sus últimas causas, entendiendo al ser humano como un ser bio-psico-social-trascendente, pues por lo menos así se manifiesta. Justamente eso es poner en pedestal, concientizar ya el valor de ser un hombre, la conciencia de sí, y de mi proceso de auto-conocimiento, mi desarrollo como ser humano. La vida se comprende viviendo. Queda claro si el sano entendimiento no falla, que la figura del adulto mayor es representación, del saber, o más concretamente del hombre de experiencia.
Para visualizar lo anterior desde un enfoque filosófico, tenemos que hacer un ejercicio, lúdico de reflexión, de neta introspección. Entonces, ahondar en la naturaleza del hombre nos demanda enfocarnos en los aspectos que desde el nacimiento de cada individuo de esta especie le son propios y que no mutan con el tiempo. El hombre ciertamente es un ser dotado de libertad, lo es por su conciencia, lo es en su libertad axiológica, elige los valores desde su interior. Evidentemente, atendiendo al sano juicio, la persona humana tiene derecho a la vida, a no ser privada de su hálito continuo por otro ser humano que comprenda por su capacidad racional tales derechos. Todo derecho supone e implica una obligación, ésta es la formula que nos proporciona una real y empática interacción con nuestros congéneres. Los hombres son iguales por natulareza porque comparten la misma esencia, la misma forma, sobre todo por ostentar el asombroso potencial humano, el cual es vasto, y aunque es distinto en cada uno, tal facultad existe en todos. Los seres humanos somos diferentes en los aspectos periféricos, en lo accidentes, tenemos diversos roles, lenguas, creencias, pero no es así en lo que nos hace humanos, es decir, en la capacidad de reflexionar sobre nosotros mismos, el punto donde nos adentramos hacia la compresión del mundo, de nuestras relaciones con los demás, tenemos libre albedrío y capacidad volitiva. A nosotros como seres sociales nos es imprescindible tener algún tipo de relación interpersonal, de ellas nos nutrimos. Del diálogo tomamos de la realidad y nos enriquecemos. Siempre, las relaciones de filialidad y de concordia son las que engendran ambientes que si no es en corto, en largo plazo, serán prósperos y sendos para el sano esparcimiento de más sujetos de cualquier edad y género. En cada uno donde se encuentra participada la idea de hombre está expreso el deseo de encontrar la felicidad, de albergar en nuestro entorno y en nosotros una nítida paz y armonía.
El hombre es harto complejo si lo vemos sólo a detalle, únicamente en sus partes, distando así de la idea de lo que son los hombres en conjunto, la humanidad. Sin bien la humanidad es la noción universal de la individualidad humana, denota por sí las propiedades ontológicas que le competen al ser humano. Por eso la única forma de respetar a los seres vivos, y específicamente al hombre se gesta en la interioridad humana, no en la imposición ideológica, externa, sino en la reflexión profunda, ya sea espontánea o sistemática. En pleno siglo XXI los augurios para la raza pensante son muchos y estos se dan como en la ética, o sea, dependiendo de lo que pensemos acerca de qué es el hombre. La esperanza de un futuro próspero está en un presente conciente y en un pasado reinterpretado y reivindicado con las pautas de una conciencia comprensiva, analítica, plagada de un tono de concordia, de universalidad, y de fraternidad. Esto es, conociendo, pero ante todo abogando por los derechos del ser humano. Para que podamos respetar a la gente adulta tenemos que concretar primero ese maravilloso ejercicio axiológico sobre nuestra persona, y partiendo de tal punto encaminarnos hacia la sintonía de la concordia para con el hombre ya entrado en años.
Si nos metemos en un campo epistemológico, que lo creo pertinente, porque así podemos muy someramente trazar el principio de la problemática que genera la escasez de estima hacia el adulto mayor, hablando en términos específicos, ocurre pues, que la noción que se presenta con mayor frecuencia de realidad es, a saber, todo lo que está aparte de mí. En ocasiones eso provoca que nos desentendamos del sentir común, de aquellos que se encuentran al lado nuestro y que comparten con nosotros desde un hogar hasta un planeta. Es común que vivamos con nuestra mente y atención en un reducido espacio, en un entorno, lo que se me presenta de primera mano, mientras que en lugares distantes del globo terráqueo acaecen tiranías, penurias, hambrunas y cosas casi inimaginables para el claro entendimiento. La empatía, la sensación de sintonía, por qué no, de solidaridad, nos pueden hacer vivir lo que a determinada persona le aflige. El sufrimiento humano es en efecto una realidad milenaria. El afecto y la demostración de un sentido altruista, aunque no han imperado también han hecho acto de presencia. La desigualdad entre los hombres se ha engendrado desde la conciencia, desde una noción limitada que ha dado como fruto una despiadada, y al llegar a lo bélico, una cruenta indiferencia. Somos seres que contamos con una amplia gama de posibilidades para desempeñarnos, para dar de nosotros al mundo. En la interacción con mi semejante acceso a otro mundo, aprehendo de su visión. Por ello cada uno tiene algo que aportar, por ser irrepetible. En nuestra experiencia individual es como podemos conocer a ciencia cierta lo que significa ser un ser un ser humano. Cada individuo vive una experiencia de vida particular conforme a sus circunstancias. Por lo anterior es importante acentuar qué es lo que nos coloca en una posición de igualdad, sin importar nuestras diferencias externas o de pensamiento, de creencia.
Pienso, desde mi humilde opinión e inquieto entender, que si queremos crear una conciencia real sobre los derechos humanos debemos enfatizar la importancia que tiene el estudio de las humanidades. Abocarnos hacia el diseño de programas y planes para la concientización de ese desarrollo humano tan necesario en nuestra cultura. Cierto que para ello hay que ser concretos, porque el hombre se compone de lo ideal y de lo fáctico. Es justamente aquí en esto último, donde manifestamos un estado mental o emocional, donde orquestamos nuestra vida. Por ejemplo, la ética, es ciencia que busca fundamentar o regular el comportamiento de los actos humanos. La libertad, la voluntad y la conciencia, son atributos que todos tenemos, lo que cambia entonces es hacia donde proyectamos nuestras acciones. La conciencia es la base del proceder, en ella radica el sentido que le damos a nuestras acciones y por ende a la forma como aplicamos ya, los valores, si los manifestamos o no, y si más que tener noción de ellos, los hemos vibrado, vivencializado. De esta forma, se observa como se da la toma de conciencia, pero ante todo el proceder esencial acerca de lo derechos del hombre, o sea, desde una valoración, desde un instante reflexivo. Desde las distintas corrientes éticas que han pululado, tanto en la antigüedad, no sólo en Occidente sino en Oriente, como en nociones y tendencias actuales, siembre se ha buscado la forma correcta de vivir. El hombre como ser destinado a la acción no puede prescindir de la pregunta que intenta responder qué debo hacer. La importancia esta en que los valores se aprenden tanto conceptual como vivencialmente. En el concepto sólo captamos las definiciones, en la vivencia vibramos el valor, lo valoramos, lo asimilamos. El punto citado con antelación es medular, sólo se comprende la importancia del valor, sino siempre, casi siempre, viviéndolo. Podría ser, lo ponemos aquí como una especie de lluvia de ideas, que si se trabaja sobre dinámicas de interacción, de ejemplificación del por qué todas y cada una las etapas de la vida son importantes, de cómo es el proceso de cambio y aprendizaje en el ser humano, las personas, y enfatizo una vez más, lamento ser tan general en ocasiones y reiterativo, pero es un elemento básico para que esto sea filosófico, los jóvenes en concreto, porque es desde la juventud donde se dan los cimientos de esta noción, captarían con precisión tal cumulo de nociones. El joven debe apreciar en esencia que es el decoro humano, desde la vivencia no desde el concepto o la norma, y en este sentido porque el adulto mayor es acreedor de ambos puntos en su correspondiente asignación acorde a lo que nos se referimos en esta breve reflexión. De esta forma es que comprendiendo aquellos bienes culturares recibidos en la vivencia, es como integramos nuestra formación como seres humanos, es decir, los valores en su aspecto conceptual, pero sobre todo vivencial son parte integral de nuestro aspecto normativo, de nuestra conciencia. El hombre como ser volitivo ostenta conjuntamente la posibilidad, presenta un cúmulo de elecciones para decidir sobre su futuro.
Es así como se demuestra que todo aquel que vea a su congénere como enemigo, como inferior, con aberración, repudio, o algún sentimiento negativo sólo proyecta un visón escasa o parcelada de la magna especie, capaz, si se lo propone, de realizar grandes empresas como unirse solidaria y desinteresadamente después de que se han suscitado desastres naturales o calamidades masivas, como las guerras a nivel mundial. En situaciones límite es cuando caemos en la cuenta de quiénes somos. Las tres generaciones de los derechos humanos han ido mostrando una humanidad que paradójicamente ve su lado más humano de la mano de una faceta sumamente oscura, un ejemplo de ello son los conflictos bélicos del siglo pasado y de ahora. Basta con mirar que la declaración de los derechos humanos fue promulgada a raíz de lo acontecido en el siglo anterior, y ahora tenemos en nuestras manos, en nuestras voces, la oportunidad de hacer válidos los fundamentos que hacen al hombre ser tal. Y seamos realistas, esto no se da de improviso, es algo que tiene que ir actualizándose. Primero llevando a la práctica tales preceptos de forma sencilla, desde cosas simples, como cambiar ciertas actitudes negativas hacia los demás, erradicar perjuicios. Luego, exigiendo ante la autoridad que se vigile con el debido esmero la aplicación, el cuidado de estos fundamentos. Hay que recordar que el hombre es un ser integral. Es la conciencia, más allá de las diferencias tangibles, la que tutela el obrar en el hombre. Un ambiente armónico proviene del afán contemplativo y de la certeza universal ante los actos que ejecutamos, dígase entonces, que se proceda de buena voluntad, desde el sentir profundo, humanamente. Por su parte, los valores son objetivos en tanto que son aspectos que el individuo participa, por ejemplo, la tolerancia está en tanto que hay individuos que encarnan la tolerancia, que toleran. La paciencia está en el sujeto que la profesa y la ejerce plenamente, o en determinada medida. Vivir los valores resulta un camino propiamente humano. Los valores como fuentes modeladoras de actitudes, de estados mentales, colman al hombre con su expresión. El hombre es ha plenitud al entrar en sintonía con ellos y al sumergirse en un conciencia con sentido universal, holística.
Podemos concluir entonces diciendo que es indudable que siempre estamos cambiando, siempre se modifica algo de nosotros, envejecemos. Nunca somos los mismos en lo periférico, en lo secundario, pero lo que nos hace humanos siempre que sigamos vivos permanece. De está manera los derechos humanos son inalienables, irrenunciables e inherentes a la persona humana. Es así como mientras existan dos seres humanos menester será el respeto mutuo. Cuando vibramos al unísono con la realidad ajena es cuando podemos captar lo que siente otro ser humano y así dar pie a la aplicación de los preceptos que dirigen la realidad de los derechos humanos. Ahora me acuerdo de mi abuelo diciéndome que poco importa lo vivido sino más lo valorado para poder apreciar cada situación como material en la formación de un ser humano único e irrepetible. Así desde mí juventud me proyecto ahora hacia la compresión de la vida, esperando que al llegar a la vejez pueda tener una sensibilidad y entendimiento tales que pueda como mi abuelo y como el incontable número adultos mayores comprender lo importante que son cada una de las etapas por las que pasa el ser humano, y cierro con esa hermosa evocación de igualdad humana que ejercían los mayas al saludarse. En efecto, cuando veamos a otro ser humano seria bueno evocar el saludo maya que enuncia; yo soy otro tú ( In lake ´ch) esperando que nos respondan, tú eres otro yo.

Roberto Fernando Tarratz Rodríguez


Ensayo ganador del primer lugar en el concurso de ensayos sobre los derechos humanos en el adulto mayor, realizado por la CODHEY (comisión de derechos humanos del estado de Yucatán) el 7 de Diciembre 2009, del calendario gregoriano.

Σάββατο 5 Δεκεμβρίου 2009

LAS MOSCAS DE JEAN-PAUL SARTRE (RESEÑA)


Con una temática alusiva a los grandes temas de la antigua Grecia, y tomando a personajes arquetípicos, casi marcando cada uno un cierto estilo de carácter, de ánimo, el filósofo francés Jean-Paúl Sartre deja plasmado como punto central en su obra en tres actos Las moscas una milenaria cuestión humana, que se rastrea desde el momento en que nos asumimos como hombres, racionales y volitivos, por lo menos así lo ve el pensador francés en este texto, a saber, es el tema de la libertad. Las moscas es un texto donde el joven Orestes llega a la ciudad que lo vio nacer buscando una respuesta a su pasado, y quizás más que buscar una respuesta, lo que desea este protagonista mancebo es darle un revés al eco que han dejado los hechos que se suscitaron cuando el apenas era un infante. Esos mismos acontecimientos que le imprimieron a su vida una chocante inquietud de asumirse de tal forma de corresponder a su sentir con acciones poco sumisas. Al llegar a la ciudad de Argos Orestes dice llamarse Filebo y ser de Corinto, bajo esta identidad conoce a Electra quien le narra la situación de la ciudad, y sus propias penas cotidianas que acaecen en su vida aunque si bien palaciega poco privilegiada, pues Cilmntemestra y Egisto asesinos de Agamenon, son malos gobernantes por un lado y por otro constantes ejecutores de arbitrariedades contra Electra quien resulta ser la hermana de Orestes. Así se da la unión de estos dos personajes, pues Agamenon es padre de los dos y Cilmntemestra igualmente la madre de ambos. Resulta entonces que Egisto es el vil asesino del progenitor de esta pareja de hermanos, que se reencuentra en la juventud.
Electra en un principio, cuando descubre quien es Filebo, o sea, Orestes, se muestra presta para la venganza, quiere librase de su situación de sumisión y desdicha, se sabe diferente de su pueblo por su actitud altiva pero más que ello por su fuerza vital y ganas de despertar hacia una vida de libertad. Es aquí donde la obra traspasa una ficción y su autor pone la idea, la noción de liberación, en pedestal para la reflexión ardua. Es que buscando una repercusión social Las moscas fue escrita durante la segunda guerra mundial, cuando los alemanes ocupaban Francia, así que el tema de la libertad humana inherente al hombre mismo, independiente de sus circunstancias es fundamental para analogar el texto y el sentido que el autor quiere reflejar en él.
Es curioso como el personaje de Clitemnestra parece tener un carácter más bien pasivo frente a Egisto, ellos dos hacen una dupla de soberanos que junto con su pueblo dan la impresión de jugar solamente los roles asignados para cada uno y de ahí no dan más, no se mueven de su circunstaciolidad, por lo menos no desde el asesinato de Agamenon. Por otro lado el factor que reflejan las moscas dentro de la obra es esencial ya que son más de lo que aparentan, en efecto, son símbolo de muerte, de vida, dualidad, son importantes tanto en el inicio como en el final del texto, dan pauta para entender el sentido que el filósofo existencialista quiere marcar en este drama, son pues las moscas aquellas que dan la pauta para inferir que en esa ciudad los muertos son los vivos, cargan con una pena, y con los llamados pecados, aquellos errores que ni siquiera son los suyos sino los de su soberano. Son pecadores, es decir yerran, pero su falta más grave es no reconocerse como hombres libres. Las moscas también se disuelven al final en las erinas o furias, aquellas que en la antigua Grecia perseguían a los que habían cometido un crimen en contra de los padres, como es el caso de Orestes, quien termina asesinando a su madre.Asimismo una de las partes más interesantes y sustanciales de la obra es el diálogo entre Júpiter y Egisto pues el primero argumenta porque se toma la molestia de advertirle que Orestes lo quiere matar. Júpiter, desea contemplar el arrepentimiento de los hombres y ocultar el mayor secreto de los dioses, aquella verdad, de la cual si el hombre se llegase a enterar, ya los dioses no tendrían poder sobre ese hombre, sólo los hombres frente a los hombres, y esa gran verdad no es otra cosa sino la libertad, la presea que el ser humano busca tan afanosamente sin percatarse, ya, de que él como tal es libertad. Orestes mismo le dice a Júpiter, que el momento en el que él, honorable dios, creo a los hombres estos dejaron de pertenecerle, y es que el joven Orestes no se arrepiente del crimen cometido y las herinas por ello atacan a la que si se acepta como culpable del asesinato a pesar de no haberlo cometido de forma directa, o sea, Electra, la cual con un semblante ya cansado y siendo cómplice del fatal matricidio se deja llevar por el remordimiento de forma tormentosa. Es así como, Sartre muestra en los personajes una conciencia ligada firmemente a la libertad, no sólo a una cierta conciencia moral, ni abstracta o conceptual, sino a una libertad concreta, de hecho, de vida. Es que en este sentido todos los hombres son libres, pero es realmente libre el que se reconoce como tal, pues sus actos tendrán el peso y la huella de esa fuerza inminente, necesaria y esencial que es la libertad pura y manifiesta.


Roberto Fernando Tarratz Rodríguez

AH, QUE TÚ ESCAPES

Ah, que tú escapes en el instante
en el que ya habías alcanzado tu definición mejor.
Ah, mi amiga, que tú no querías creer
las preguntas de esa estrella recién cortada,
que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga.
Ah, si pudiera ser cierto que a la hora del baño,
cuando en una misma agua discursiva
se bañan el inmóvil paisaje y los animales más finos:
antílopes, serpientes de pasos breves, de pasos evaporados,
parecen entre sueños, sin ansias levantar
los más extensos cabellos y el agua más recordada.
Ah, mi amiga, si en el puro mármol de los adioses
hubieras dejado la estatua que nos podía acompañar,
pues el viento, el viento gracioso,
se extiende como un gato para dejarse definir.

José Lezama Lima

Comentario: un instante, brevedad, momento neto, como parte de un todo y en la percepción, que otra cosa sino una mera construcción de imágenes que de golpe llegan para después anclarse a un cuadro en busca de un panorama para detallar lo visto y sentido. El lenguaje pocas veces explica, lo que las cosas son, pues éste no es absoluto, y en ningún sentido verdaderamente universal. Dos formas hay en general de apreciar el mundo, a saber, en el concepto y en la sensación, las das funciones anteriores, unidas, ya generan un conocer habitual, pero en él hay varios grados y formas de entregarse a los datos de los objetos, y a las distintas maneras que estos se ordenan en la conciencia. Al leer este poema poco tiempo da para razonar, en el instante de la lectura, pues la imágenes creadas en la mente al adentrase al texto me llevan a lugares difícilmente definibles. Lo que se da en este poema son impresiones de totalidad, rozando un devenir, o por lo menos, el juego entre el flujo del tiempo y la estática voluntaria que selecciona el instante, y lo trasforma en vivencia personal.


Roberto Fernando Tarratz Rodríguez


Πέμπτη 3 Σεπτεμβρίου 2009

ISELA.

Estábamos sentadas en un café, eran las seis de la tarde y su bebe ya estaba aburrida. Nunca me imagine que se llegara a embarazar, mucho menos que llegue a ser lo que consideramos como una “madre”.

Cuando llegue a la hora de la cita las vi en una mesa, irradiantes de vida, como si tuvieran la certeza de un destino asegurado y programado. Karina cargaba a su niña de un año en las piernas, la bebe era blanca, muy blanca, de ojos azules y el cabello brilloso, era un sol viviente.

Después de un rato de plática como se esperaba, me anime a cargar a la nena. Me sonreía y me sentí aliviada, contagiada de esa confianza que respiraba a lado de ellas.

Al poco tiempo de pagar la cuenta decidimos retirarnos, pues ya empezaba a anochecer y Karina tenia que ir a casa de una prima, pues le iba a prestar unos libros de cocina. Las abrase y les deseé lo mejor, quede sentada y mientras se alejaban veía la larga cabellera de Karina ondulándose por toda su espalda.

Pedí un vaso con agua, lo bebí rápido y fui a caminar.

Pase por una fábrica donde una mujer de overol me saludo -¡¿Y ese milagro?!-, -solo paraba por aquí- le respondí de manera atenta.

Isela tiene una mirada picara que nadie puede resistir, es algo extraña pues su manera de relacionarse es como un elástico, no sabes en que momento después de tanto estirón se romperá.

Recuerdo que después del saludo entre a una oficina y me rodeo con sus brazos, me beso. Yo con los ojos bien abiertos, estupefactos, miraba su rostro tan de cerca, tan vulnerable que no pude evitar igual abrazarla.

Isela es arquitecta, tiene una compañía conformada por amigos de la universidad. Esa noche estaba esperando a un ingeniero.

De pronto me hallaba en el piso tirada entre un escritorio y una copiadora e Isela encima mió, nos besamos de manera incontrolable, sus manos las sentía pasar por tomo mi cuerpo y sus risas las creía mías.

-¿lo hacemos?- me dijo, yo le explique mil razones por las que no era bueno “hacerlo” ahí.

-mejor mañana…. ¡ah! no, tengo escuela, el miércoles esta…-

Así me la pasaba dándole pretextos mientras su cuerpo todavía cubría el mío.

Me miraba con cara de asombro, de ternura, incluso podría decir que de enojo, pero lo que siempre he dicho que es lo hermoso de ella son sus ojos negros juguetones, incitándote a hacer lo impensable e imaginario, queriéndote poseer y desnudarte solo con esa mirada picara muy de ella.

A veces me pregunto que habría pasado si lo hubiéramos hecho ahí en el piso de esa oficina desconocida para mi, me siento arrepentida y se que no la voy a ver seguido como antes pero no es inalcanzable, algo me dice que el miércoles siempre estará pendiente para las dos.

Me imagino muchas veces caminando con ella hacia su casa, en la calle con ella, riéndonos de la travesura de la noche, cómplices.

Ella abre la reja, me toma de la mano y me lleva hacia la puerta de su casa, es de noche y llueven flores en su casa. Isela me besa y tras de nosotras la puerta va cerrándose lentamente.

Τρίτη 1 Σεπτεμβρίου 2009

Mascaras 1- de hierro

¡Dura máscara de hierro ocúltame de los peligros de todos los días! -, el grito de un joven desde dentro de un palacio se oyen, -llamad al herrero, sabiduría de Hefestos, que el fuego voraz devore mis gestos y el duro metal construyo uno nuevo-.
La gente murmuraba al escuchar esos macabros lamentos, pero en el fondo admiraban la locura descarriada de ese alarido lamento, y que hombre no se preguntaba -¿quién es este loco que grita con gran llamarada?, ¿será acaso un loco de pasada?”- ; y la gente murmuraba mientras el otro reposaba.
Al final del día la gente huían a sus moradas, el gran sol iba extinguiendo su barricada, luz y sombras, toda se transformaba; “¡la hora de los muertos!, y es que de los muertos no sé nada, pero al caminar entre las sombras uno acaba convencido, ¿de qué sirve la gran parca?”.
Recostado en un árbol de ceiba, se encontraba el Enamorado, aquel loco que le vida le arranco el velo y la máscara, gemía con tal angustia, pero feliz le parecía aquella fría noche, y la noche de los espantos aparecía, -Acercateeee…vennnn-, le decía con voz murmurante, pero el darle la noche la fuerza que quería, miraba con incredulidad aquella belleza tibia, -que quieres mujer, espanto mío, no vez que espero la llegada del tártaro-, exclamaba con ojos saltones –que me preocupan tus encantos ¡diosa mía!, -se detuvo- ¡Ay, ay de mi! que cosa tan sencilla, sino fuera porque caigo cada vez más profundo, ten por seguro te seguiría ¡que más da una armadura de acero y una máscara de hierro! Te pediría con la misma condición, te pediría, pero tú, diosa del espanto, no lo comprenderías-, la Xtabay se retiraba triste, miraba a lo lejos los insultos que se le proferían y viajaba la diosa, como lo hizo el sol siguiendo el día.
Los gritos proseguían un ¡ay!, ¡uh!, lamentos y sollozos se escuchaban, ¡que gran alegría!, parecía dos gatos en celo o una perra aullando sin dueño. Que dulce es cuando llega la estrella fugaz en el cielo prometiendo un deseo cumplido con posterioridad y esmero, de igual forma llego el herrero cansado y con una antorcha en la mano derecha y una gran bolsa sostenida en el hombro izquierdo, -Tu niño llorón, mujer sin varón, solterona, triste tirano he venido a cumplir tus caprichos, una gran máscara de hierro te he traído -le dijo con tono grandilocuente- tómalo ahora ¡largo! No vaya ser que mi compasión se transforma en dulce venganza, el viejo y joven se miraron consternados, luego colocaba los ojos al cielo, el éxtasis histérico de un santo imitaba, regalo divino, inspiración tocaban sus puertas, expiación. Luego volvió miro la máscara y dijo –Máscara de hierro, tan resistente y tan blanda como las demás, transfigura mi aspecto, fundes y ocultas mi rostro en tus pliegues, me espanto cobardemente- dirigiéndose al herrero- mírame herrero ¡yo soy el fuego! Volcán Vesubio. Popocatepelt infernal, legiones y legiones de seres habitan en mi, salen de mi boca y yo que pido una máscara de hierro cuando he derretido y destruido todo lo que creo, - se detiene cesando y continua- es hora de destruir el último hielo y encender ese espíritu implacable; dragón que escupes agua y fuego, ¡conviérteme en éter, en vapor eterico que me lleve a la última morada!, ¡déjate de lamentaciones borracho mío! –Dirigiéndose al herrero nuevamente- agradezco tus intenciones gran artesano del hierro, que la sea tierra tu amiga y te ofrezca los metales que tú necesitas, piedra, hierro, bronce, plata y oro, y que el cielo te despierte todos los días. Ahora- luces llenan la escena- yo soy el día, Titán Oceánida, Diablo y Dios, Cronida, llévame a mi última morada a las grandes estrellas, soy Zaratustra, Yalaiah, un Horus alado, un Hub-Nab Ku sagrado, ¡vuelen mariposas! –un estruendo llena ahora la escena ahora con una luz blanca intensificada, y con un tono melancólicamente dulzón, amanerado dijo- vuela péquela avecita, que tu destino está aquí lejos todavía… –se detiene todo, hay una calma repentina sin luces sin ruido, un eco de la escena de anterior queda en los aldeanos que murmuraban confundidos. El herrero pasmado con los ojos desmesuradamente abiertos, mirando la máscara con sus ojos vacios, la boca fría y color azul, la piel gris y dura, un poco derretida, en medio parado en un gran círculo, angustiado grita muy airado –Dura máscara de hierro ocúltame de los peligros de todos los días…

Παρασκευή 28 Αυγούστου 2009

Diario de Diana // Venus y Zaratustra//

19\02\05
Ella siempre escuchaba el discurso que le daba, pocas veces se animaba a comentar algo. Las veces que lo hacia, afirmaba o terminaba de completar la oración del interlocutor.
Realmente no se que pasa por su mente, no se si de verdad sigue el hilo de la conversación o esta
pensando en otras cosas.
Zaratustra la mayoría de las veces la anima a hablar. Cuando habla lo hace con nerviosismo, como si le pellizcaran al comienzo de la lengua y le diera una sensación entre cosquillas y un poco de dolor.
Bueno, no se, así me lo imagino.
Venus es una persona muy buena, sensible, de hecho lo es bastante, pero eso la hace especial.
Tal vez no comente lo que piensa o siente, pero si alguien se siente mal o esta enojado, ella se queda mirando con los ojos bien abiertos y con cara confusa sale a salvar la situación con sus tácticas graciosas y complacientes.

Recuerdo una vez que platicando en casa de una amiga que tenemos en común, esta nos relataba como es que había terminado con su novio.
Penélope lo contaba con lujo de detalle mientras por sus mejillas corrían lágrimas que caían sobre sus brazos y piernas. Yo la alentaba a sentirse mejor, no soy muy buena para reconfortar a las personas.

Venus estaba callada y le acariciaba el cabello, de vez en vez solo maldecía a la ex-pareja. La abraza, pero a mi parecer sentía se abrazaba a si misma, Venus no consolaba, se consolaba a si misma.
Y de un momento a otro de frente mío estaban dos personas sollozando, las abrace y a Venus le decía que no llore, pero no me escuchaba y sin sentido me decía “es que ¿te imaginas?”.
Me parece que Venus se proyecta mucho, como si en cada persona se viera a si misma, tal vez por ello congenie mucho con los demás o sea comprensiva. Es su gran don, así como también es su defecto.
Cuando platico con ella muchas veces siento que solo me sigue la corriente, la noto ausente, pero ella me ha dicho que concuerda mucho con mis ideas.
No se si esto sea cierto o si ella piensa que mis ideas son proyecciones suyas que se externan a través de mi.
Pareceré paranoica, pero es algo que platicaba con Zaratustra antes de su partida y me he quedado pensando.
El me ha dicho que Venus es muy especial, pero que tiene muchos miedos que no la hacen ser ella realmente. Pero ¿quien no tiene miedos?, yo misma lo admito, tengo tantos, miedo a quedarme sola, es tan fea la soledad.
Al platicarle a Venus sobre mi incomoda soledad me dijo que a la soledad la tienen menospreciada, “En la soledad es donde mas puedes compartir, no con los demás, si no a ti misma, Diana no te imaginas lo que puedes estar haciendo mientras te hayas inmersa en ti, tal vez... por ejemplo a mi me pasa que..”. Me sermoneo un buen rato y se que ella al principio cuando Zaratustra se va, sufre al igual que yo, pero solo es momentáneo. En mi caso el momento se me hace eterno.
Hay veces que envidio la manera de vivir de Venus, ahí esta ella sola en la cabaña en medio del bosque, viendo el atardecer, los rayos del sol pasando por entre las ramas, mientras la brisa levanta sus cabellos, envidio su felicidad solitaria.

Y yo aquí, anhelando unas plumas verde azul y su compañía, ahora solo tengo lo que me ha enviado hace unos días y que aun no he abierto.

Fabulas chinas. Eso no es de mi incubencia

Había una vez un practicante que se decía especialista en medicina externa. Un guerrero herido necesitó de sus cuidados. Se trataba de extraer una flecha que se había incrustado en sus carnes.
El cirujano tomó un par de tijeras, cortó la pluma de la flecha a ras de la piel y luego reclamó sus honorarios.
-Aún tengo la punta de la flecha incrustada en mi carne, hay que sacarla -le dijo el guerrero.
-Eso ya es de dominio de la medicina interna-. ¿Cómo podría yo tomar la responsabilidad de ese tratamiento?


Relatos de Su Tao

Gracias por el libro Claudia, ya te lo devolvere ;)

La narrativa, la dialectica hegeliana en la obra abierta

La narrativa como estilo literario, es lenguaje que juega entre una poesía descriptiva y una crónica inexistente. El narrador, sea en primera, segunda o tercera persona trata siempre de que el que este afuera del contexto, el observador o lector se una a un mundo distinto del que normalmente vive. Muchas veces es el lector el que sienta la vida y el movimiento, y hasta porque no, oler los ambientes además de que el mundo que se dibuja y desdibuja en cada página con la guía del escritor. En los libros por ejemplo de Dostoevsky, en el caso particular en su novela, El eterno marido, el lector siempre se encuentra bajo las espaldas de Veltchaninov quien nos va ir guiando bajo las inquietudes y las desgracias que lo lleva una vida llena de apatía, todo es reflejo, todo es consecuencia de las condiciones que el escritor pone para que el lector le de vida y movimiento a la narrativa. De cierta forma el juego lector-escritor es ya inherente desde las primeras páginas, poner las condiciones introductorios de la narrativa una de las partes más importantes. En el caso de Pedro Paramo, desde el inicio de su lectura percibe el calor y la claustrofobia, la claustrofobia de los personajes, ellos vivían aparte en esa dimensión pero era aquí donde se les otorgaba sentido y vida que a lo largo de la novela se percibirá en distintos matices y distintas situaciones. En el caso de Aleph el punto que es todos los puntos donde ninguno es, desde un principio Borges nos sumerge en la angustia del devenir, la muerte es opacada por un cambio de cartel, que ya hace distinto todo, un personaje obsesionado con describir el infinito, una apatía final que salvadora que nos regresa a mirar más hondo nuestras pretensiones. En el caso de Rayuela de Cortázar encontramos más marcado esta interacción entre la vida interna de la novela y movimiento que le da el lector a la obra, la obra del dios escritor adquiere sentido cuando nosotros le damos sentido, aunque el mismo tenga impregnada sus intenciones, pues en esta novela encontramos una interacción del lector, los personajes, las situaciones, y casi por el rabillo de las líneas de los párrafos al escritor. Borges aparece reflejado en sus personajes, Cortázar como demonio juguetón que nos invita a participar, Rulfo asfixiándonos con sus descripciones y sus sórdidos recuerdos. En su ponencia El problema de la obra abierta, Umberto Eco tiene un a intuición similar a esta, cito: “A estas obras (obra abierta), de un modo u otro le exigen al lector reacciones interpretativas muy libres, podríamos añadir otras obras que poseen en sí mismas como una especie de movilidad, una capacidad de replantarse caleidoscópicamente a los ojos del lector como nuevas dotados de perspectivas diferentes…”, continua, “…ciertas obras literarias que, por la complejidad de sus estructuras , por el complejo interrelacionarse de los planos narrativos, valores lingüísticos, relais semánticos, alusiones fonéticas, evocaciones míticas y modelos culturales, tienden, en la intención del autor, a vivir una vida propia, renovando continuamente sus propios significados…”
Como sea la narrativa también es un lenguaje simbólico codificado, es casi como mostrar lo más intimo, como si el escritor quisiera mostrarnos su interior más profundo pero disfrazado en un símbolo codificado, en una apariencia que no se es evidente, sino al contrario, es como un pensamiento complejo jugando con su sentido, su estructura mentales, sus experiencias, y sobre todo jugar con todo anterior pero en el lector. Es más, es un lenguaje que es accesible para todo humano, pues el simbolismo es una actitud humana de representación de su vida interior y exterior, que pretende meter al individuo en el mundo del otro que es siempre el mismo; cito El problema de la obra abierta: “La “sugestión” simbolista trata de favorecer no tanto una recepción de significado concreto cuanto un esquema de significados posibles todos igualmente imprecisos e igualmente validos, según el grado de agudeza, de hipersensibilidad y de disposición sentimental del lector”. Es un lenguaje que juega con nuestras facultades intelectuales, imaginativas, sentimentales que pretende sacarnos de nosotros para llevarnos a otro mundo y luego regresarnos otra vez en una percepción renovada; algo así como la dialéctica hegeliana, o dicho propiamente en términos de narrativa y guiones un inicio, un clímax y un final.
La narrativa no solo se da a niveles de símbolos lingüísticos, sino también en lenguaje visual, como el cine, o lenguaje musical, pero parece que la representación el juego y la combinación de toda la conciencia (me refiero a su estructuras mentales, categorías y las facultades como la imaginación, y los sentimientos) todo y cada uno está diseñada para que a nosotros (tesis, consciencia) salgamos de “nosotros mismos” otro mundo (antítesis, mundo de la novela) y regresarnos con algo de este viaje maravilloso que nosotros como seres humanos creamos, y que nos otorga la facultad maravillosa de la creación y caer en cuenta de nuestra calidad creadores (síntesis, conciencia renovada).
“Hanedel, cuando componía su música, era valiente, innovador, poderoso le impulsaba ese heroísmo del que es capaza un pueblo. Pero cuando trataba de consumar su obra, se sentía cohibido, frío e incluso enfadado consigo mismo; entonces se servía de algunos métodos aceptados en la ejecución, se ponía a escribir, apresuradamente y mucho, y se sentía dichoso de acabar, pero no con esa felicidad de Dios y de otros creadores en el ocaso de su jornada fecunda”. Nietzsche, El caminante y su sombra. Aforismo 150

Πέμπτη 27 Αυγούστου 2009

Alucard.

Se escuchaba a lo lejos la música, era un gran estruendo, ese estridente estruendo que producen las casonas viejas cuando la lluvia y el viento la azotan, crujían puertas y ventanas, pareciera que el cuarto iba a caer. El sol empezaba asomarse a través de las nubes de ese nublado firmamento, y no quería mirar, me daba asco tal espectáculo, me llevaba las manos a al rostro, como si me cubriera de vergüenza y me decía a mi mismo con un evidente dejo de sarcasmo: “¡Alucard!, maravilloso un día más – con un poco más de rabia apagada – ¡un maldito día más! – un poco más calmado quizás - ¡Dios de los cielos porque me azotas con esta vida vacía y sin sentido!, he perdido el sabor a la vida, en verdad me siento muerto en vida, la música de todos los días, sinfonía de una vida sin sentido, la cotidianidad me apresa, como pájaro enjaulado”. Al tiempo de eso escuche el timbre, yo como de costumbre, ignore el llamado, especialmente tan temprano en la mañana – supuse que era temprano. Ignoré e ignore, pero la insistencia era tal, que decidí pararme pero la pesadez de mi cuerpo era tal que juraba estar pegado a la cama, era imposible que me levantara.
Ahora sonaba la puerta y el timbre con tal sincronización, era como una sinfonía estruendosa casi placentera y a la vez molesta, era casi mágico, me perturbaba, me desesperaba, ¡era tremebunda!, me dio un extraño vértigo, quería estallar en gritos y alaridos y más ahora que me invadía aquel recuerdo. Era hermosa esa chica, aquella del bar, cabello castaño oscuro, unos ojos enormes con ese negro brillante, como perlas negras, y ese cuerpo, con esos senos pequeños y firmes y ese culo de ensueño, pero lo que más llamaba mi atención era su cuello, su blanco y sedoso cuello, era una sensación nueva para mí. Hacía tiempo que no estaba con una chica, desde que salí de la universidad supongo, odiaba aquella ciudad, que recuerdos tan asquerosos tengo de esta, aunque había muchas mujeres hermosas.
Me levante, baje las escaleras y me dispuse a la puerta, la abrí, del otro a lado había un mensajero, decía algo de un paquete que enviaban de alguna parte de Europa. Me sorprendí puesto que supiera mi familia tenía centenares de años viviendo aquí en América. Tome el bolígrafo y firme la forma, se despidió con un vulgar - “Buenos días” – que me dieron ganas de ahorcarlo. Me dirigí al sillón más cercano mire el paquete que no tenia nada en especial, color café con algunas cintas del tamaño de una sandia, pesaba como demonios. Me dispuse a buscar el remitente, no lo encontré, me levante y fui a la cocina a buscar un cuchillo, me dispuse abrirla, tenia la mano de un lado y en la otra la punta del cuchillo sumergida en la caja cuando el maullido de un gato me distrajo, y casi hace que me rebane el dedo del susto. Fue una cortada ligera, brotaba mucha sangre, no importaba mucho pues la curiosidad era aun más grande. Abrí la caja, saque un pequeño y pesado cofre, sobresalían unos colmillos en la cerradura, era la boca de una figura de un murciélago, casi humana, demoníaca; entonces quede hipnotizado con los ojos de aquella bestia de bronce hasta que estos empezaron a brillar, me exalte y luego trate de tranquilizarme me dije: “Es solo tu imaginación Alucard no te asustes, no es dormido muy bien estos días”. Con un gran respiro tome valor y abrí el cofre y vi un gran talismán, del tamaño de un puño, pensé que sería bueno venderlo por algo de plata, al fin me hacía mucha falta y no me importaban las reliquias gran cosa, aunque mi casa era un nido de ratas lleno de recovecos. La observe un momento, mi rostro se desfiguraba graciosamente, observe que el talismán estaba algo sucio, la sangre que empezaba a caer de mis manos en su brillante superficie. Me dirigí a la cocina cuando un sonido casi fugaz, un alarido, me hizo voltear hacia el cofre, los ojos del murciélago empezaron a brillar nuevamente, caí en un pánico indescriptible, me respiración era agitada, estaba como roca parado mirándola, mi corazón iba reventar, quise tirar el talismán lejos que también empezaba a brillar al mismo tiempo con una luz intermitente, quemaba, lo sentía adherido a mi mano, gemía de dolor como cuando una de esas tantas perras con las que me acostaba tenía un orgasmo.
No sé en qué momento corrí fuera de mi casa, me encontraba en cuclillas en el patio, me tendí, no podía respirar, todo me daba vueltas esta semi-inconsciente mi visión era turbia, mi boca tenía un sabor raro, como sangre muerta y fresca, pestilente, dolor y sufrimiento sentía en mis entrañas, pero eso no era que me preocupaba, sino el hecho de ver a aquel gato destripado, mis labios mojados y el gran placer que eso me causaba, ¡sentía placer por el dolor!


Dos pastillas para dormir y un vaso de agua es todo lo que dejo el desaparecido Alucard. Todos estamos de acuerdo que era un misterio su fatal muerte. El número cero (extraño número) de la calle once era su hogar, mientras llegaba, las luces de las torretas me asechaban, había niebla y el canto de los buitres se escuchaban al unísono con el sonido de las coladeras, sus garras hacían un ruido infernal, alejaban hasta al más valiente. Indiferente me pare y me baje de mi coche, llegue y la pregunte a la oficial en jefe de la situación, en ese momento me puse a recordar a Alucard. Pálido con esos cabellos rubios como el oro, una tez tostada por el sol, con un presencia que demandaba cierto respeto y ese profundidad de esos ojos azules turquesa, parecía que te miraba con dulzura, pero tenía esa frialdad, como la de un animal asechando a su presa. Hacia un tiempo que había llegado a la ciudad, no era muy grande, y por ende todos se conocían, su inquietante presencia siempre preocupaba a todos. Por petición y convicción propia me acerque a él y entable una pequeña amistad, tomábamos unos tragos en el bar de Raf y platicábamos de música y libros, de nuestros trabajos, trivialidades al fin. “Buen chico” - me decía confundido.
Ahora heme aquí, la escena del crimen era aterradora, “el reino de las huellas” se dispusieron a decirme los forenses. Observe rastros de alguna pelea, huellas de patas como de animales marcadas en la sala con sangre, de garras y manos de personas, era como si un domador de circo hubiera estado entrenando a su mascota y esta se revelara, gran furia.
Era un impecable roba corazones, siempre con estratagemas para conquistar a las chicas; no entendía muy bien su secreto, supongo que era un chico agradable, pero a veces parecía que hipnotizaba a las mujeres y ellas accedían a todos sus caprichos.
Lo más extraño de la escena del crimen era ese talismán rojo, clavado en el corazón del pobre chico, aun no logro comprender que es, para que motivo sirvió y que ritual maldito se llevo acabo para procurar tan sangrienta escena. Su muerte es muy extraña, su cadáver esta bañada de sangre coagulada, su boca llena de sangre, ademas de las mordidas de algún animal, lo rodeaban en todo el cuerpo, es como si lo hubieran hecho explotar. Había algo que no caía en cuenta, y era el orden en que se llevaron acabo los hechos; la lucha se llevo a cabo en la sala (“el reino de las huellas”), pero el cuerpo se encontraba casi al otro lado de la casa en el sótano, el chorro de sangre en medio de la sala delataría que alguien arrastro el cadáver, no había huellas de que alguien lo hubiera arrastrado, todo lo que se había era un camino de gotas y huellas de unos zapatos, parecen del calzado del chico, ¡eso es imposible que alguien se hubiera levantado después de tan sanguinaria masacre, por Dios!. ¡Dios!, estoy exhausto, ese espejo me asusta, me acusa, una gran culpa siento, un miedo aterrador me desbasta cuando miro ese crucifijo donde esta clavado su corazón y en la pared el mensaje: “El plan infernal se ha consumado, el gran maestro a regresado…Drácula”

Τετάρτη 26 Αυγούστου 2009

Ejercicio-ensayo de metafísica imaginaria.



El universo es una espiral, un caos ordenado, una sopa primordial, el hombre como ser creador le da sentido y forma en tres momentos: a través de su ser (parte de la sopa primordial que oscila entre lo dos estados siguientes), de su compleja acción mental (forma o constitución de su cuerpo, configuración y la percepción de la realidad) y de su voluntad (que puede desenvolverse en ámbitos como dominio o poder, como acción materilizadora o objetivizadora, es decir punto de acción de las dos anteriores, es el paso al acto de los dos momentos anteriores, es el “hacer” sobre la realidad), todo esto deviene en un acto creador (creación) tanto del valor, de las imágenes (construcción y estructuración del imaginario individual y colectivo) y las representaciones (signo y símbolo)el proceso de crear es a través de la sopa primordial, es creación divina que podríamos simbolizarla con el cerebro cósmico (el cuanto conjunto de redes interconectadas que están en una constante tormenta electro-química, que producen las vibraciones y matices registradas por la percepción de la realidad).

En el caso de la realidad, esta formada por pensamiento que es representada usando terminología nietzscheana en apolínea-dionisiaca, la dualidad música e imagen (que es vibración en esencia por la comunión entre representación y signo a través de la sopa primordial). Esta dualidad se manifiesta a través del pensamiento que en fondo es ser-esencia, que es energía sutil, es decir es materia espiritualizada o espíritu materializado (es un especia de panteísmo hegeliano pero sin necesidad de reduccionismo extremo).

Por ejemplo, en los estados alterados lamente vuelve a una “inocencia” de percepción, porque rompe con los moldes conceptuales y muestran el contenido vital de las cosas (las significaciones que podrían ser cementerios de estas percepciones como una morgue o una momia) cuerpo y mente se tornan informes, es decir, por lo que diríamos que se vuelve información, pensamiento vivo con consistencia real. De otra manera la mente que esta estructurada de forma “paideticamente” a ciertos contenidos y ciertas significaciones establecidas, reconoce su imaginario y por ende un nuevo material para trabajar y crear (que las dos la conceptualización y la representación son herramientas de acceso y distintos niveles como es el hemisferio racional y el hemisferio imaginativo) que en distintas momentos se interponen y chocan y la división es una división aparente pues las dos chocan en todo momento con la percepción de la realidad en distinto nivel.

“¿Qué sería el mundo sin amor? Una linterna mágica sin luz…” Goethe, en el Wheter

“La magia es la naturaleza del mundo…” Jodorowsky, en Psicomagia

“Lo esencial es la contingencia…No hay ningún ser necesario que pueda explicar la existencia: la contingencia no es una imagen falsa, una apariencia que pueda desvanecerse; es lo absoluto y, por consiguiente, la perfecta gratuidad…Todo es gratuito, este parque, esta ciudad, yo mismo…He aquí la náusea.” Jean-Paul Sartre, La nausea

“El mundo es voluntad, es dominio, es violencia, es ser, es logos, es razón, es, es, es…” Zumbido de una mosca filosófica, recordando pasajes de Shoupenhauer, Nietzsche Jodorowsky, Aristóteles, Heráclito, etc.

El hombre se disfraza, pues nos vestimos es un hecho. Adaptamos la naturaleza nuestros moldes, allí empieza todo, un personaje de la serie norteamericana Six Feet Under, Russell (no el filósofo recalco) dice algo más o menos así: “cuando salimos de la naturaleza y nos dejamos de representar como parte de ella, creamos la naturaleza humana”. Dejamos de representar nos en la naturaleza animal, para representarnos como una afirmación antropomórfica, representar naturalezas divinas (dioses, dios, semidioses, héroes), la punto de negar nuestra animalidad, incluso al hombre (como representación o medida), a dios (ateismo) o le mundo (escepticismo). Nada más cierto. Paradójicamente una mentira. Lo cierto es lo que hemos expresado, manifestado en la realidad, objetivizado en el mundo, por ejemplo las artes, la ciencia hasta mis sandalias, zapatos, mi cama, mi corte, pintura de labios, armas, etc. Ya sea para crear o para destruir, de la llamada naturaleza humana solo tenemos una serie de interpretaciones de nuestros fenómenos (al menos de las que nos percatamos). Entonces su mentira consiste en nuestras interpretaciones, conocimientos, representaciones que se valen de criteriosa priori (ya sea objetivo o subjetivo, racionalismo o empirismo, esencialismo o existencialismo, sus premisas inician con una especulación, una base a la que se le entrega una fe, por ejemplo, “la realidad es lo que percibimos por los sentidos”) para interpretar, conocer y representar el mundo, las naturalezas y nuestras creaciones. La megalomanía del mamífero con inteligencia, o mejor dicho, o mejor dicho con pantalones.

Los lenguajes humanos son engañosos desde que sus usos son convencionalizados, conceptualizados, arbitrarios. Es la tragi-comedia de proporciones épicas porque convertimos el mundo el mundo de fantasías de orden ideal (paz, amor, razón, libertad, etc. superficial) y orden perverso (violencia, angustia, odio, destrucción, etc. sobriamente enfermizas y patológicas).

Sin embargo, todo esto, nuestros lenguajes y representaciones, nuestras mentiras nos acercan a la verdad (Picasso), pues la poesía, por ejemplo nos acerca al lenguaje del ser (Heidegger) nos condena a ser libres (Sartre), ya sea a través de la música como estado puros de las cosas (Shopenhauer) y encuentro con la verdadera naturaleza, convirtiendo al hombre en su propia obra de arte (Nietzsche), porque a través del acto, llamase poético, teatral, onírico, mágico y psicomagico (Jodorowsky) encontraremos que en el hombre hay tanta mierda como oro, basura como tesoros y con una verdadera alquimia de nuestros medios tal vez lleguemos a esa piedra filosofal que nos de la naturaleza autentica.

NOTA: no he sido estricto en ningún sentido, ni en la cuestión gramática, ni en la construcción del texto, si bien fue revisado y será revisada posteriormente. Las citas no son explicitas son las que me llegaron a mi mente, siendo algunas parafraseadas. Esta más decir que la intención no es un estudio formal, sin embargo son pedazos de ensayos unidos al azar; se busca experimentar con una especia de racionalización poética filosofía poética si se me ocurre un nombre las 2:53 am del 26 de agosto del 2009.


Τετάρτη 29 Ιουλίου 2009

UNA EXPERIENCIA ESTÉTICA, SUBLIME.


“SIN EMBLEMA, Y CON IDENTIDAD”


Cierto día Teodoro extravío su reloj, aquel que había pasado generación tras generación. Con la premura de ubicarlo, buscó por todos los sitios donde pensó de primera instancia que estaría la pieza antiquísima. Cuando investigaba el paradero del objeto por una calle cercana a su casa, se topó con Jonás, un extraño hombre que era nuevo en el pueblo, quien amablemente le dijo: -¡hola!, puedo ayudarte?, te veo muy preocupado- , -si puedes, quizá-, contestó Teodoro y continuó diciendo: -has visto un reloj de oro con diamante en medio, y que lleva impreso el emblema castillo-azul?, ese es el símbolo de mi familia, ¡me hace ser un verdadero castillo-azul, un noble de corazón!-. Jonás lo miró perplejo, río un poco y comentó; -no, no lo he visto, ten con seguridad que si lo encuentro te lo entrego, claro, si vuelvo a toparme contigo, de lo contrario arrojare el reloj sin titubeos. Pero déjame decirte algo querido amigo, vez aquel hombre de allá?, el que no tiene manos, y logras distinguir aquel otro junto al mercado, el que porta esa camisa verde-, Jonás señalo al frente y acentuando su tono expresó; -percibes los colores de piel, la vestimenta, la parafernalia de todos los que caminan por la plaza?, qué es lo que tu crees que los hace ser humanos?-, -cómo preguntas eso, tal vez que tienen brazos, visten y hablan-, expresó nervioso Teodoro. Tú crees entonces que si un hombre carece de extremidades, se encuentra desnudo, tiene problemas para hablar, o en todo caso es mudo, y no porta una joya ostentosa en el pecho, dejará de ser un hombre?- manifestó el forastero. -Bueno viéndolo así, en esos términos, no, no lo creo, lo es todavía, es un hombre, si-, repitió el mismo sujeto que había perdido su reloj y hasta hace poco no podía pensar con claridad por la desesperación. -Entonces nos queda claro- acentuó Jonás, -lo que hace al hombre ser lo que es, no es otra cosa sino lo que comparte con los demás hombres, o sea lo general, no lo particular, el hombre es lo que es por su pensar, por su forma, por su naturaleza-. Ese fue el mensaje de Jonás y terminó diciendo con una sonrisa sincera; -tu reloj no te da el nombre, mucho menos el nombre otorga validez, verdad, esta última radica en tu presencia, en tu pensar, en tu sentir. Cuando dejes de buscar tu reloj te habrás encontrado a ti mismo Teodoro, porque apreciaras el valor que se encuentra en el hecho de vivir como un ser humano, simplemente con la conciencia de serlo-.

LA CONCIENCIA DE SER



En esas viejas caminatas del parque a la casa siempre pensaba en el futuro, y a la vez lloraba porque creía en un cierto pasado y reprochaba por su partida. También amaba un presente, que ahora es mi pasado. Con el tiempo descubrí que poco importa lo ocurrido sino más lo valorado, lo asimilado y comprendido. Mi presente fue aquel futuro, ya pasado, porque el tiempo es en sí mismo un flujo indivisible, un continuo, mero y neto devenir. Si de algo estoy seguro es que siempre intuí la experiencia milenaria de ser uno con cada la nada. Entiéndase, pues, de ser tiempo eterno que se disuelve en el instante.

Τετάρτη 1 Απριλίου 2009

ENSAYO PARA TALLER LITERARIO


Sin duda la historia del continente americano es como una narrativa bifurcada entre el mundo de nuestros antiguos y el de los de allá, el de los del viejo mundo y su historia legitima, válida, certera, cuya validez es otorgada por los afanes propios de la única y certificada razón humana, por lo menos en cierto modo eso han declarado por siglos los portadores de esta supuesta verdad. Que seria de nosotros si pensáramos como los mayas, los Incas, los Siux, en lugar de pensar como lo griegos, o en resumidas cuentas como los europeos? Tratando de adentrarnos en este punto objetivamente, se puede acotar que en primera, tal división, dependiente a una forma continental, lo aceptamos es real, pero atendiendo a los cánones más precisos y sinceros de la razón, es arbitraria. Decir que la humanidad ha estado encindinda en su pensamiento desde sus albores es una verdadera falacia. Sin embargo, más que naturalezas distintas, a este respecto hay constituciones diversas en una naturaleza igual. Así pensar distinto en culturas diferentes es una realidad concreta, comprobable y actualizable, eso no lo ponemos en duda.

El pensamiento Latinoamérica ha pretendido, darle un sentido bien particular a la realidad; la forma de entender la realidad en Latinoamérica. La filosofía y el entendimiento en nuestro continente ha sido concreto, experienciable. Si, hemos imitado los modelos, los paradigmas de otros lugares, lo hemos hecho, pero aquí nos hemos preocupado por indagar lo que tenemos a la mano. Un problema grave quizá sea la mezcla ideología presente en nuestra tierra Americana, porque contrario a lo que parezca, específicamente en lo de corte religioso, el cristianismo mezclado con las formas mentales de los propios de América han creado híbridos mentales extraños y en ocasiones tendientes a la confusión sobre la comprensión de la realidad, cierto es que esto ha ocurrido en todo el mundo- la heterogeneidad cultural , aunque creo que lo anterior es ya un pleonasmo- , sobre todo en los países donde su historia marca los vestigios de un pueblo conquistado. En sus modelos puros la religión occidental, el gran sistema occidental no deja de ser igualmente confuso, en lo particular preferiría el llamado modelo religioso arcaico y pagano de los autóctonos de América latina, va más acorde para los de carácter salvaje y actitudes rupestres.

Este compendio, las ideas marcadas anteriormente, lo vemos en la literatura Hispanoamérica, así como en la filosofía y en el afán científico. En el bloque intelectual latinoamericano están presentes medularmente estos dos apartados, el encuentro entre dos mundos, los llamados viejo y nuevo. El fantasma del encontronazo entre dos visiones una redentora y otra en comunión con la naturaleza sigue vagando hasta nuestros días. Que fascinación pueden guardar los lugares recónditos de nuestro continente, que bella o hasta grotesca forma guardan los sitios cercanos a nuestro ambiente nuevo, que nos llaman tanto o nos aterran tanto que aun así roban nuestra atención como para dedicar nuestro tiempo a plasmar historias sobre ellos o a leer sobre las que han dejado otros?. Quizá por que son nuestros, nacimos en ellos, eso dirían muchos. Pero nosotros no creemos en el nacionalismo, mucho menos en el tradicionalismo como panacea para los males actuales.

Es que, si un hombre llega un día a una tierra con matices de dos mundos distintos que dan vida a uno solo, se allá ante un dialéctica tripartita, su tesis, su antítesis y su síntesis. Esta espiral sin fin muestra el resultado del movimiento en la cultura y con él, la dinámica total o parcial de la ideas de las naciones, de los pueblos, hasta de las pequeñas localidades y en efecto del hombre particular. Ahora con esto como respaldo, podemos hablar un poco del esbozo que pinta a los pueblos de nuestro país. Pedro paramo sin duda es un ejemplo claro de ello. No pude evitar pensar al darle una leída por sus pasajes, en la serie de referencias implícitas y explicitas a los puntos clave que construyen el diagrama de la vida en las provincias pequeñas de México. No sólo la vida de estas pequeñas comunidades, sino lo movimientos internos de los hombres que las habitan.

Se dice que así como el lenguaje de un hombre es el límite de su capacidad para trasmitir ideas. Así su pensamiento es el limite de su actuar. Las historias de las pequeñas comunidades en México, las que marcan con claridad el tono de esta bifurcación cultural de siglos, ejemplifican a pique el modo conductual, la psicología toda del hombre de Latinoamérica y más concretamente del mexicano. El mexicano es producto de su historia. Bueno se nos puede reprochar que todo hombre es producto de su historia, más ahora de su pasado. Si claro, lo es, pero en el pueblo mexicano ese pasado retumba con estruendo, y ello por el peso de las culturas prehispánicas.

Por ejemplo los europeos, han sido por lo general los portadores de los movimientos históricos a nivel mundial. Casi todos lo sucesos de peso en la historia del hombre , por lo menos desde hace unos mil o quinientos años se han suscitado allí, será eso cierto? Evidentemente no. No hace falta decir lo que es de facto y teoréticamente en la ciencia histórica. Con esto cabe mencionar el por qué ligar esta noción del pensamiento latino y europeo hacia el carácter para abordar las situaciones prácticas de la vida, específicamente en un relato. Simple y sencillamente porque ese tono de particularidad, de circunstancialidad esta presente en la literatura Latinoamérica, quizás esta sea una afirmación aventurada, será mejor decir que por lo menos esto esta presente en Rulfo.

Ahora bien en Borges, encontré una fascinación insondable, y lo es porque, el motor de su Aleph, de su escrito, no es otro que el misticismo puro. La kabala de la tradición judaica. Los principios kibalionicos. Como olvidar todo ello. Sincerándonos diría que ya había olvidado este toque místico y vivencial. Creo que la verdadera filosofía será siempre misticismo puro. Hay ciertamente dos tipos de filosofía en resumidas cuentas la descriptiva y la prescripta, la que muestra el hecho con su respectiva diferencia, o sea tratando de ser imparcial, y la que dice cómo debiera ser la cosa, la cual jamás será imparcial. Pero el misticismo, oh mi Dios!, eso si que es filosofía. Es que nada más basta con darse cuenta donde empieza la actitud de querer saber, en las cosas simples.

Un punto donde se contemplan todos lo puntos. Una idea casi para tratar de mil modos. El modelo mental de nuestra sociedad poco valora lo místico, en cambio lo desvalora explotándolo, dándole un sentido banal, absurdo, estático, caduco y bastante pedante, o sea es todo menos místico, hasta luchadores hay que se llaman “el místico”, hazme el cabror fravor. Donde surgió el misticismo y como se liga a la filosofía? Pues eso si quien sabe. Pero lo cierto es que todo sistema filosófico por lo menos desde la historia del pensamiento griego, si nos atenemos al canon, hasta quizá entrada la filosofía contemporánea ha guardado un aspecto místico. Lo filosófico siempre será un misterio que el hombre quiere tocar en aquello que llama realidad, amen. Pero, quisiera compartir en este sentido el postulado elemental de la filosofía hindi, la realidad fenoménica es ilusión, pero ilusión, no porque no sea real, o sea, que no sea, si no que en resumidas cuentas no es esencial. El mundo fenoménico es con seguridad mi representación, tu mundo es con seguridad tu representación, habrá representaciones colectivas?, tal vez.

Un ejemplo de una representación colectiva es toda una construcción normativa sobre la ontología de las cosas, sobre lo que es y lo que no. De allí hacia lo moral, que en esencia ese es a veces nuestro mayor problema, precisamente ese. Podemos hacer grandes sistemas científicos, pero poco importa eso si no tenemos en lo de facto un sentido exacto de nuestras acciones. Como decía Wittegstien al final del día, esto es una paráfrasis, poco importa tanto análisis lingüístico si ello no nos ayuda en nuestras vivencias habituales, en lo humano.


Hace poco, dentro de esas ocasiones en las cuales parece uno percibir un desvanecimiento de la narración, o secuencia del día, la serie de sucesos ordenada, bien definida, nos llego la sensación, franca, seca, de golpe, de la chispa que seduce a apartarnos pronto y, curioso decirlo, sensatamente de la razón. De qué modo? Del único plausible para los contornos que dan vida a la estructura estable de tal cadena de sucesos vividos, o sea, usando el don del apartamiento de la propia idea de ser y estar en un sitio. La conciencia es conciencia de sí. Nosotros, cuando nos percibimos, entendemos primero que somos y de allí decimos yo y lo Mio, lo esto, lo otro. Bien, pues partiendo de la causalidad de los eventos que nos rodean, se dice que percibimos el mundo y sus espacios, siempre desde lo que vamos siendo. La continua formulación de un ente inmóvil, es por decirlo así, absurda, que la esencia misma de la percepción es movimiento, no se da lo estático, porque percibir es ya tomar en cuenta algo nuevo, o viejo, pero de nueva cuenta, una vez más. Queda dicho así, que mencionar al hombre como hacedor de mundos es ya una verdadera realidad. Como representa el ser humano su vía, o su vida? Como quiera hacerlo y punto. Es fascinante ahora que tocábamos esas ideas de lo místico y las formas culturales, que ya de por sí, estas dos están muy ligadas, o lo han estado a lo largo de la historia; seria pertinente abordar por ejemplo el apartado histórico-cultural de los códigos, o de aquello de desvelar la verdad. La verdad sobre todo. En este instante que uno hecha cuenta para tras y nota como el flujo, de los días camina sin tomar previsión alguna, nos damos cuenta con seguridad como el compendio de saberes de la ciencias y sus supuestas verdades no causa cosa más que gracia, y pensar que vivimos y decidimos cosas importantes, para nuestros mundos personales a base de estas tablas de verdades creadas por ajenos en tiempos distintos y con necesidades bien diferentes.

Desde que tratáramos de entender como va modificándose, la conducta y el lenguaje, y no sólo ello, sino que pusiéramos empeño, esfuerzo aguerrido en esgrimir el primer punto, el cimiento que erige, que edifica la torre de babel, la desarmoniza humana. Qué verdad se esconde tras de el código que nos hemos dado los unos a los otros. Pero mira que hermoso es pensar en la absoluta nulidad de espacio-tiempo. Será acaso la mente la decisión de una y otro? en lo personal no puedo dejar de pensar en que el problema central de la filosofía siempre ha sido, es y hasta cierto momento será, no otro que , nótese bien esto, crear o creer que hay ya de suyo un conflicto entre lo uno y lo múltiple y de paso uno que ve tal conflicto , yo ser individual me digo hay sujetos, hay objetos y son cosas distintas están en un lugar, en un tiempo, por y sí solas y yo queriendo verlas, tomarlas tal como son, o por lo menos eso creo, eso es conocer. Si el hombre no estuviera en sí mismo, qué serian de esas cosas, de esas situaciones, pobres realidades dejarían de ser sin mi presencia. Por eso a los filósofos se les ha tildado de locos o hasta de enfermos mentales. Aunque si estas situaciones actuales son la apreciación concreta y para abordarlas hay que estar lucido, yo si prefiero la locura, sin dudarlo más.

Con antelación decíamos que gran parte del constructo de nuestro entender más básico no es innato sino que se aprehende y gracias a los modelos impuestos. Cabe notar que es precisamente el método científico, ese neopositivismo, que vio sus orígenes con el positivismo de Comte, y más atrás con el empirismo de Locke, de Hume y otros célebres y renombrados filósofos políticos y gnoseologos, de la elite del pensamiento inglés, el que dio frutos a tal índole que desembocó en nuestra Gaia ciencia, va. Todo ello lo entendemos porque tenemos un código, un código implica ya un entendimiento pero su supuesto más importante bueno no es otro que la ignorancia, porque tal código existe para ser descifrado y no por todos, sólo por unos, o sólo en un momento particular, es una parcelación del conocimiento. La filosofía es producto de la cultura y por tanto circunstancialmente es entendible el surgimiento espacio-temporal del análisis lingüístico, reflexionar sobre el lenguaje. En este mismo orden de ideas, podemos hacer mención y esto es algo muy evidente, que la filosofía no se reduce el lenguaje, el estudio de los temas no puede supeditarse al análisis lingüístico únicamente. La filosofía va más allá del desglose conceptual. Lo anterior lo mencionamos porque, sea como se le pueda calificar, de bueno o malo, a esto, la cuestión es que la filosofía de hoy es árida, rígida y para cuestiones practicas inservible, o no, no hay que se tan drásticos, la hacen parecer así- es imposible no meter un calificativo- , pero es todo lo contrario si se le aborda con presión, así podría ser la medicina para el alma enferma, por evocar a los antiguos.

Otro modelo mental, esta en la convivencia próxima. Ahora que esta de moda el bombardeo mediático, y ya que un punto medular de esta juego de ideas fue el cristianismo en América y su desglose conceptual en la mente del latino y sus formas de comunicarse, se puede acotar, lo que de hecho siempre ha estado presente en casi todo escrito que hable de una realidad social en nuestro continente, la familia. La especie, la raza, las pasiones naturales, le fuerza del instinto, el tiempo y la brevedad de la vida humana son cuestiones que hacen reflexionar al hombre, porque así, su razón se conflictua con sus deseos y pasiones. La misma unión entre el hombre y la mujer es necesaria para la procreación, es necesario para que subsista la vida de orden racional, para que avance la sociedad, no se diga la civilización. Las instituciones que conforman a la sociedad, son mutables, porque todo muta, y son variables, porque en el mundo material todo es múltiple e inparticipable. Por eso la cultura hace que las familias varíen, y se entiendan de formas distintas; poligamia, monogamia, y otras más formas de relacionarse, pero siempre se busca una norma que regule el comportamiento, la idealidad de la institución familiar. El punto primordial para la compresión plena del fenómeno de la familia o en su defecto de los problemas que consumen a esta se definen en la cultura, en la percepción individual pero sobre todo en la idealidad, en lo que debería ser, a diferencia de lo que de hecho es. Tanto la educación, el desarrollo psicológico, físico, intelectual, la calidad moral, las virtudes humanas, todo ese compendio de satisfacciones, se desenvuelven en lo que se da por consenso, pero bien sólo comprendido más la naturaleza humana podemos saber cuál es la mejor manera de relacionarnos como hombres y mujeres, Ahora bien, tomando como premisa fundamental que la familia no tiene una estructural universal ,es decir, no se da de una sola forma o no se da de la misma manera ni a través del tiempo, ni entre culturas distintas y a veces ni siquiera entre miembros de una misma sociedad. Lo que cabria preguntarnos es por ejemplo; cómo se da entonces la diversidad mental para formar y abordar en esencia la problemática de la familia?

Discutir sobre todo aquello que tenga que ver con el tema de las percepciones en el hombre o puede sonar netamente arcaico o hasta en su momento altamente carente de relevancia o significación, dado el desgaste que se le ha hecho al tema. Obviamente resulta, como varios temas esenciales en la vida del ser humano, complejo, ligado a esto es siempre como se ha visto pertinente realizar una investigación acerca del proceso, o de los procesos preceptúales en el hombre. Ciertamente parece que la única forma, o la más viable que tenemos para conocer el mundo es nuestra experiencia individual, esta experiencia con sus respectivos matices nos proporciona el conocimiento del mundo, la significación del mismo se la da el hombre. Durante todas las vicisitudes que nos recurren en nuestras experiencias, hay varias ideas o ciertos puntos que bien servirían para esbozar los lineamientos que dan pie o estructuran las experiencias humanas y la misma mente del ser racional. Cierto es que el factor de la concepción del tiempo en nuestra conciencia llega a momentos ser sumamente arbitrario. Pero mas arbitrario aun es la calidad de significación que le da una mente inquieta a la realidad externa, extramental y en ocasiones también intramntal, es decir, en el sujeto mismo en toda su fisiología. Respecto a si es posible un punto con todos los puntos, o una vivencia de nulidad, de parcelación tanto cognitiva como ya expresamente sensible, habría que experimentarla, de nada sirve conceptualizarla.

Roberto Fernando Tarratz Rodriguez