Τετάρτη 11 Μαρτίου 2009

Venus y Zaratustra. Carta a Diana.


Mi Querida Diana:

Espero no molestarte, pero no sabia a quien recurrir y quien mejor que tu,
que has compartido con nosotros todo lo que uno no se puede imaginar.
No fui a tu casa por que sabia que estaba tu madre y se que eres muy
Susceptible, sabes cuando escucha por la puerta, bueno mas que eso, ustedes
tienen un lazo algo extraño, pero no hiriente.
Así que ¿qué mejor que unas palabras plasmadas por mi puño y letra?
Como sabrás, Zaratustra se fue anoche, me dejo muchas plumas en una
bolsita de seda color celeste. La cabaña se siente vacía aún con mi presencia, y con respecto a las plumas, no me siento con el espíritu pleno para tragar una.
Han pasado cosas impresionantes por aquí, un día estábamos en la vereda y Zaratustra empezó a cantar y los árboles se desvanecían, mis pies no los sentía míos, el cielo tenia un color púrpura, pero sus ojos, sus ojos negros me contaban historias de personas que lo llamaban, y me hallaba hundida en mi misma pero siempre escuchando todo lo que veía.
No se si me explico, pero se que de alguna forma tu también has escuchado historias en mis propios ojos.
Como quisiera que esté aquí conmigo, esta mesa se me es incomoda, las velas no iluminan, no siento mi cuerpo.
Suena algo exagerado, y se que sabes que no va a pasar a mas, ¡vaya, tu me conoces Diana!
Quisiera escribirte tantas cosas, recuerdo el día que pasamos la tarde aquí en la cabaña, cuando te lleve junto con Zaratustra a la parada del autobús, luego, la noche más hermosa que observamos, una de tantas.
Zaratustra te dejo un cofrecito de madera, se paso una semana haciéndolo, no lo pintó, dijo que eso tu lo harías por que..., todavía me acuerdo, dijo: "Diana sabe que no puedo pintar todo aquello que esconde, por que no se lo que es, pero tanto tu como yo sabemos que es algo naturalmente bello, así que solo ella sabe que colores y que formas le puede dar".
Eso fue lo que me dijo cuando me lo dio anoche. Te tiene aprecio Diana.
Se que va a volver, pero su viaje será el mas largo para los dos, siento que ese cofre igual lo lleva tallado en sus manos, lo lleva lleno para vaciarlo en algún lado. Cuantas cosas no tirara por ahí. Me alegro por él, pero así como me alegro, me da pánico.
Siempre que se vacía, llega con algo nuevo dentro, cosas de otros lugares, de otros hombres, de otras mujeres, otras ideas.
Me perturba pensar....bueno, realmente no se.
Si me vieras Diana, tan sola, escribiéndole a nadie, a mi misma, con el propósito de que esta carta es para ti, pero solo es un pretexto para vaciarme de aquello que no quiero aceptar.
Pero ¿sabes?, es gracioso, en todas las ocasiones en que Zaratustra se ha ido, siempre te digo lo mismo...."pero no siempre significa lo mismo" diría el.
No se por que esta vez me siento mas ajena a mi, ¿será que se ha llevado algo Diana? o que ¿me ha cambiado tanto que ya ni me reconozco?
¿Recuerdas cuando se fue la primera vez?, llore toda una semana y me abrazabas, para distraerme me llevabas al lago, me contabas lo que te decían las aves, y también llorabas conmigo, eres tan buena Diana. Cuando me sentí mejor nos tragamos unas plumas y entendiste a que me refería cuando te contaba que Zaratustra me había tocado a pesar de no hacerlo, prendíamos velas e inciensos, bailábamos y corríamos por cualquier espacio inalcanzable y sonreíamos cuando escuchábamos el silencio ensordecedor.
Diana, la espera va a ser larga como todo el tiempo, esta vez me tengo que recorrer, he olvidado caminos y unos cuantos paraísos, tengo que escuchar mis propias historias.
Esta vez quiero saborear cada paso sola. Tú sabes que te tengo presente y que estas conmigo, pero esta vez no es necesario que tengas que venir.
No te preocupes, después de escribir esto y de tantos años... me voy sintiendo mejor.
Gracias por leerme, en el paquete esta el cofre y dentro te guarde unas doradas, disfrútalas.
Después de todo, las velas le dan un brillo naranja a la cabaña y mi cuerpo... mi cuerpo se acopla a ella y a mí.

Te quiere:

Venus.

Πέμπτη 5 Μαρτίου 2009


Artemisa - Dionisiaca.

Azucena de una noche sin estrellas,
mar sin peces en mi alma,
vacio de esperanzas sin especies,
Tú, Artemisa ¿Dónde te has ocultado?


Porque tu eres grandiosa
¡Oh! Luna sin espera,
reflejo de un amor oculto
de lo oscuro de la noche eres dueña.


¿ Y dondé te has ocultado gran estrella?
Soberbia te alzas sobre el firmamento
opacando con tu presencia mis besos.

¿Eres tú sublime material
o tan solo un astro más?
Mientras inspires mi soledad
no hay cosa que a ti te reproche.